lunes, 29 de noviembre de 2010

APRENDIZAJE Y TICS

A un paso de la incorporación de las netbooks a nuestras aulas, ¿qué proponemos como futuros/as docentes?
Estas son las respuestas de mis alumnos/as , que quiero compartir con ustedes.
Gracias a ellos y a ellas por sus aportes, y a ustedes por acompañarnos con sus lecturas.

Abrazos

Marisa

viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Para qué sirve la gramática?

Para mis alumnos/as de Portugués , les dejo este enlace

Para qué sirve la gramática de Guiomar Ciapuscio
http://www.osplad.org.ar/mundodocente/mundodocente2006/investigaciones/notas/paraquesirvelagramatica.htm


Muchos saludos y buen fin de semana!

Marisa

LECTOESCRITURA

Para mis alumnos/as de Educación Especial, les dejo estos enlaces para ampliar lo estudiado y comentado en clase:


Es posible leer en la escuela de Delia Lerner

http://www.oei.es/fomentolectura/es_posible_leer_en_la_escuela_lerner.pdf


Leer y escribir en un mundo cambiante de Emilia Ferreiro

http://abc.gov.ar/Docentes/CapacitacionDocente/MaterialBibliografico/
DocumentosDisponibles/Leeryescribirenunmundocambiante.doc



Decodificación y Lectura de Jorge G. Paredes Muñante


http://revista.inie.ucr.ac.cr/articulos/2-2006/archivos/decodificacion.pdf


Cariños
Marisa

jueves, 25 de noviembre de 2010

UN CUENTO DE ANA MARÍA MATUTE

LA RAMA SECA

1

Apenas tenía seis años y aún no la llevaban al campo. Era por el tiempo de la siega, con un calor grande, abrasador, sobre los senderos. La dejaban en casa, cerrada con llave, y le decían:

-Que seas buena, que no alborotes: y si algo te pasara, asómate a la ventana y llama a doña Clementina.

Ella decía que sí con la cabeza. Pero nunca le ocurría nada, y se pasaba el día sentada al borde de la ventana, jugando con "Pipa".

Doña Clementina la veía desde el huertecillo. Sus casas estaban pegadas la una a la otra, aunque la de doña Clementina era mucho más grande, y tenía, además, un huerto con un peral y dos ciruelos. Al otro lado del muro se abría el ventanuco tras el cual la niña se sentaba siempre. A veces, doña Clementina levantaba los ojos de su costura y la miraba.

-¿Qué haces, niña?

La niña tenía la carita delgada, pálida, entre las flacas trenzas de un negro mate.

-Juego con "Pipa" -decía.

Doña Clementina seguía cosiendo y no volvía a pensar en la niña. Luego, poco a poco, fue escuchando aquel raro parloteo que le llegaba de lo alto, a través de las ramas del peral. En su ventana, la pequeña de los Mediavilla se pasaba el día hablando, al parecer, con alguien.

-¿Con quién hablas, tú?

-Con "Pipa".

Doña Clementina, día a día, se llenó de una curiosidad leve, tierna, por la niña y por "Pipa". Doña Clementina estaba casada con don Leoncio, el médico. Don Leoncio era un hombre adusto y dado al vino, que se pasaba el día renegando de la aldea y de sus habitantes. No tenían hijos y doña Clementina estaba ya hecha a su soledad. En un principio, apenas pensaba en aquella criatura, también solitaria, que se sentaba al alféizar de la ventana. Por piedad la miraba de cuando en cuando y se aseguraba de que nada malo le ocurría. La mujer Mediavilla se lo pidió:

-Doña Clementina, ya que usted cose en el huerto por las tardes, ¿querrá echar de cuando en cuando una mirada a la ventana, por si le pasara algo a la niña? Sabe usted, es aún pequeña para llevarla a los pagos...

-Sí, mujer, nada me cuesta. Marcha sin cuidado...

Luego, poco a poco, la niña de los Mediavilla y su charloteo ininteligible, allá arriba, fueron metiéndosele pecho adentro.

-Cuando acaben con las tareas del campo y la niña vuelva a jugar en la calle, la echaré a faltar -se decía.

2

Un día, por fin, se enteró de quién era "Pipa".

-La muñeca -explicó la niña.

-Enséñamela...

La niña levantó en su mano terrosa un objeto que doña Clementina no podía ver claramente.

-No la veo, hija. Échamela...

La niña vaciló.

-Pero luego, ¿me la devolverá?

-Claro está...

La niña le echó a "Pipa" y doña Clementina, cuando la tuvo en sus manos, se quedó pensativa. "Pipa" era simplemente una ramita seca envuelta en un trozo de percal sujeto con un cordel. Le dio la vuelta entre los dedos y miró con cierta tristeza hacia la ventana. La niña la observaba con ojos impacientes y extendía las dos manos.

-¿Me la echa, doña Clementina...?

Doña Clementina se levantó de la silla y arrojó de nuevo a "Pipa" hacia la ventana. "Pipa" pasó sobre la cabeza de la niña y entró en la oscuridad de la casa. La cabeza de la niña desapareció y al cabo de un rato asomó de nuevo, embebida en su juego.

Desde aquel día doña Clementina empezó a escucharla. La niña hablaba infatigablemente con "Pipa".

-"Pipa", no tengas miedo, estate quieta. ¡Ay, "Pipa", cómo me miras! Cogeré un palo grande y le romperé la cabeza al lobo. No tengas miedo, "Pipa"... Siéntate, estate quietecita, te voy a contar, el lobo está ahora escondido en la montaña...

La niña hablaba con "Pipa" del lobo, del hombre mendigo con su saco lleno de gatos muertos, del horno del pan, de la comida. Cuando llegaba la hora de comer la niña cogía el plato que su madre le dejó tapado, al arrimo de las ascuas. Lo llevaba a la ventana y comía despacito, con su cuchara de hueso. Tenía a "Pipa" en las rodillas, y la hacía participar de su comida.

-Abre la boca, "Pipa", que pareces tonta...

Doña Clementina la oía en silencio. La escuchaba, bebía cada una de sus palabras. Igual que escuchaba al viento sobre la hierba y entre las ramas, la algarabía de los pájaros y el rumor de la acequia.

3

Un día, la niña dejó de asomarse a la ventana. Doña Clementina le preguntó a la mujer Mediavilla:

-¿Y la pequeña?

-Ay, está delicá, sabe usted. Don Leoncio dice que le dieron las fiebres de Malta.

-No sabía nada...

Claro, ¿cómo iba a saber algo? Su marido nunca le contaba los sucesos de la aldea.

-Sí -continuó explicando la Mediavilla-. Se conoce que algún día debí dejarme la leche sin hervir... ¿sabe usted? ¡Tiene una tanto que hacer! Ya ve usted, ahora, en tanto se reponga, he de privarme de los brazos de Pascualín.

Pascualín tenía doce años y quedaba durante el día al cuidado de la niña. En realidad, Pascualín salía a la calle o se iba a robar fruta al huerto vecino, al del cura o al del alcalde. A veces, doña Clementina oía la voz de la niña que llamaba. Un día se decidió a ir, aunque sabía que su marido la regañaría.

La casa era angosta, maloliente y oscura. Junto al establo nacía una escalera, en la que se acostaban las gallinas. Subió, pisando con cuidado los escalones apolillados que crujían bajo su peso. La niña la debió oír, porque gritó:

-¡Pascualín! ¡Pascualín!

Entró en una estancia muy pequeña, a donde la claridad llegaba apenas por un ventanuco alargado. Afuera, al otro lado, debían moverse las ramas de algún árbol, porque la luz era de un verde fresco y encendido, extraño como un sueño en la oscuridad. El fajo de luz verde venía a dar contra la cabecera de la cama de hierro en que estaba la niña. Al verla, abrió más sus párpados entornados.

-Hola, pequeña -dijo doña Clementina-. ¿Qué tal estás?

La niña empezó a llorar de un modo suave y silencioso. Doña Clementina se agachó y contempló su carita amarillenta, entre las trenzas negras.

-Sabe usted -dijo la niña-, Pascualín es malo. Es un bruto. Dígale usted que me devuelva a "Pipa", que me aburro sin "Pipa"...

Seguía llorando. Doña Clementina no estaba acostumbrada a hablar a los niños, y algo extraño agarrotaba su garganta y su corazón.

Salió de allí, en silencio, y buscó a Pascualín. Estaba sentado en la calle, con la espalda apoyada en el muro de la casa. Iba descalzo y sus piernas morenas, desnudas, brillaban al sol como dos piezas de cobre.

-Pascualín -dijo doña Clementina.

El muchacho levantó hacia ella sus ojos desconfiados. Tenía las pupilas grises y muy juntas y el cabello le crecía abundante como a una muchacha, por encima de las orejas.

-Pascualín, ¿qué hiciste de la muñeca de tu hermana? Devuélvesela.

Pascualín lanzó una blasfemia y se levantó.

-¡Anda! ¡La muñeca dice! ¡Aviaos estamos!

Dio media vuelta y se fue hacia la casa, murmurando.

Al día siguiente, doña Clementina volvió a visitar a la niña. En cuanto la vio, como si se tratara de una cómplice, la pequeña le habló de "Pipa":

-Que me traiga a "Pipa", dígaselo usted, que la traiga...

El llanto levantaba el pecho de la niña, le llenaba la cara de lágrimas, que caían despacio hasta la manta.

-Yo te voy a traer una muñeca, no llores.

Doña Clementina dijo a su marido, por la noche:

-Tendría que bajar a Fuenmayor, a unas compras.

-Baja -respondió el médico, con la cabeza hundida en el periódico.

4

A las seis de la mañana doña Clementina tomó el auto de línea, y a las once bajó en Fuenmayor. En Fuenmayor había tiendas, mercado, y un gran bazar llamado "El Ideal". Doña Clementina llevaba sus pequeños ahorros envueltos en un pañuelo de seda. En "El Ideal" compró una muñeca de cabello crespo y ojos redondos y fijos, que le pareció muy hermosa. "La pequeña va a alegrarse de veras", pensó. Le costó más cara de lo que imaginaba, pero pagó de buena gana.

Anochecía ya cuando llegó a la aldea. Subió la escalera y, algo avergonzada de sí misma, notó que su corazón latía fuerte. La mujer Mediavilla estaba ya en casa, preparando la cena. En cuanto la vio alzó las dos manos.

-¡Ay, usté, doña Clementina! ¡Válgame Dios, ya disimulará en qué trazas la recibo! ¡Quién iba a pensar...!

Cortó sus exclamaciones.

-Venía a ver a la pequeña, le traigo un juguete...

Muda de asombro la Mediavilla la hizo pasar.

-Ay, cuitada, y mira quién viene a verte...

La niña levantó la cabeza de la almohada. La llama de un candil de aceite, clavado en la pared, temblaba, amarilla.

-Mira lo que te traigo: te traigo otra "Pipa", mucho más bonita.

Abrió la caja y la muñeca apareció, rubia y extraña.

Los ojos negros de la niña estaban llenos de una luz nueva, que casi embellecía su carita fea. Una sonrisa se le iniciaba, que se enfrió en seguida a la vista de la muñeca. Dejó caer de nuevo la cabeza en la almohada y empezó a llorar despacio y silenciosamente, como acostumbraba.

-No es "Pipa" -dijo-. No es "Pipa".

La madre empezó a chillar:

-¡Habrase visto la tonta! ¡Habrase visto, la desagradecida! ¡Ay, por Dios, doña Clementina, no se lo tenga usted en cuenta, que esta moza nos ha salido retrasada...!

Doña Clementina parpadeó. (Todos en el pueblo sabían que era una mujer tímida y solitaria, y le tenían cierta compasión).

-No importa, mujer -dijo, con una pálida sonrisa-. No importa.

Salió. La mujer Mediavilla cogió la muñeca entre sus manos rudas, como si se tratara de una flor.

-¡Ay, madre, y qué cosa más preciosa! ¡Habrase visto la tonta ésta...!

Al día siguiente doña Clementina recogió del huerto una ramita seca y la envolvió en un retal. Subió a ver a la niña:

-Te traigo a tu "Pipa".

La niña levantó la cabeza con la viveza del día anterior. De nuevo, la tristeza subió a sus ojos oscuros.

-No es "Pipa".

Día a día, doña Clementina confeccionó "Pipa" tras "Pipa", sin ningún resultado. Una gran tristeza la llenaba, y el caso llegó a oídos de don Leoncio.

-Oye, mujer: que no sepa yo de más majaderías de ésas... ¡Ya no estamos, a estas alturas, para andar siendo el hazmerreír del pueblo! Que no vuelvas a ver a esa muchacha: se va a morir, de todos modos...

-¿Se va a morir?

-Pues claro, ¡que remedio! No tienen posibilidades los Mediavilla para pensar en otra cosa... ¡Va a ser mejor para todos!

5

En efecto, apenas iniciado el otoño, la niña se murió. Doña Clementina sintió un pesar grande, allí dentro, donde un día le naciera tan tierna curiosidad por "Pipa" y su pequeña madre.

6

Fue a la primavera siguiente, ya en pleno deshielo, cuando una mañana, rebuscando en la tierra, bajo los ciruelos, apareció la ramita seca, envuelta en su pedazo de percal. Estaba quemada por la nieve, quebradiza, y el color rojo de la tela se había vuelto de un rosa desvaído. Doña Clementina tomó a "Pipa" entre sus dedos, la levantó con respeto y la miró, bajo los rayos pálidos del sol.

-Verdaderamente- se dijo-. ¡Cuánta razón tenía la pequeña! ¡Qué cara tan hermosa y triste tiene esta muñeca!

FIN

1961

FUENTE: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/matute/amm.htm

PREMIO CERVANTES PARA ANA MARÍA MATUTE


24 de noviembre de 2010

Ana M.ª Matute (Barcelona, 1925) ha obtenido hoy el Premio Cervantes, la distinción más importante de las Letras en nuestro idioma. Creado en 1975 por el Ministerio de Cultura español, el galardón está dotado con 125.000 euros y reconoce la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española.
El poeta y narrador mexicano José Emilio Pacheco obtuvo el premio el pasado año, y, a lo largo de su historia, ha recaído en, entre otros, Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Rafael Alberti, Francisco Ayala, Mario Vargas Llosa o Guillermo Cabrera Infante. Matute se convierte en la tercera mujer que consigue el Cervantes, tras María Zambrano y Dulce M.ª Loynaz.
Miembro de la Real Academia Española, donde ocupa el asiento K, Ana M.ª Matute es autora de, entre otros libros, Fiesta al noroeste (Premio Café Gijón, 1952), Pequeño teatro (Premio Planeta, 1954), Los hijos muertos (Premio de la Crítica, 1958, y Premio Nacional de Literatura, 1959), Primera memoria (Premio Nadal, 1959), Los soldados lloran de noche (Premio Fastenrath de la RAE, 1962) y Solo un pie descalzo (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, 1984). Fue Premio Nacional de las Letras Españolas en 2007.

FUENTE:

http://blog.cervantesvirtual.com/premio-cervantes-para-ana-m-%c2%aa-matute/

miércoles, 17 de noviembre de 2010

REVISTA DIGITAL RELOJ DE SOL- LA CRUZ: MÁS DE 40.000 VISITAS!


Nuestra revista digital Reloj de sol- La Cruz sigue creciendo: con el apoyo de todos y de todas hemos superado las 40.000 visitas y las 260 entradas!
¡Gracias por acompañarnos y alentarnos!
¡Felicitaciones a los/as alumnos/as de 4º año Ciencias Sociales!

ADELANTE!!!!!!!!

sábado, 13 de noviembre de 2010

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO- VIDEOS

Para ampliar lo comentado en clase, agrego estos videos




viernes, 12 de noviembre de 2010

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA LITERATURA





Queridos/as alumnos/as:

Espero sus comentarios, y luego, en una segunda ronda, me gustaría que dialogaran con sus compañeros/as, opinando, manifestando acuerdos o desacuerdos, dando ejemplos, vivenciando lo planteado en clase.

Abrazos , y buen fin de semana!

Marisa

jueves, 11 de noviembre de 2010

TERCER AÑO PROF. DE PORTUGUÉS



I.S.F.D. "E. Sábato"- La Cruz (Ctes.)
"Las venas abiertas de América Latina" y "El libro de los abrazos" de Eduardo Galeano
"No habrá más penas ni olvido" de Osvaldo Soriano
Queridos/as alumnos/as:
Después de haber leído y analizado estas obras, espero sus comentarios.
Abrazos
Marisa




SEGUNDO AÑO PROF. DE PORTUGUÉS


I.S.F.D. "E. Sábato
"La revolución es un sueño eterno" de Andrés Rivera y "Misteriosa Buenos Aires" de Manuel Mujica Láinez
Queridos/as alumnos/as:
Después de haber leído y analizado estas obras, espero sus comentarios.
Abrazos
Marisa

PRIMER AÑO PROF. DE PORTUGUÉS


I.S.F.D. "E. Sábato"- La Cruz (Ctes.)


"El túnel" de Ernesto Sábato


Cuentos:

De Jorge Luis Borges:

• Las ruinas circulares
• La intrusa
• El sur
• La casa de Asterión
De Julio Cortázar:
• La noche boca arriba
• Lejana
• Continuidad de los parques
• Casa tomada
De Juan José Saer:
• Al abrigo
• Verde y negro
De Horacio Quiroga:
• El hijo
• El almohadón de plumas

Queridos/as alumnos/as:
Después de haber leído y analizado estas obras, espero sus comentarios.

Abrazos
Marisa

SEGUNDO AÑO PROF. DE ED. ESPECIAL


I.S.F.D. "E. Sábato"


"La Metamorfosis" de Franz Kafka

Queridos/as alumnos /as:
Después de haber leído y analizado este texto, espero sus comentarios.
Abrazos
Marisa